Introducción
El acotado de planos es tan importante como el dibujo mismo. De
hecho, podría llegar a ser más importante que el propio dibujo. Por ejemplo, cuando
realizamos un croquis a mano alzada, éste tiene un valor gráfico meramente
informativo pero adquiere un valor “técnico” cuando se agregan las cotas.
Las figuras 8.1 y 8.2 nos muestran dos situaciones similares de un mismo dibujo con cotas y sin cotas.
Las figuras 8.1 y 8.2 nos muestran dos situaciones similares de un mismo dibujo con cotas y sin cotas.
Se puede observar claramente como
el dibujo sin cotas, necesita rápidamente de los objetos que lo componen para
que el observador pueda determinar más o menos su tamaño, partiendo de objetos
conocidos como el espesor de un muro o el tamaño aparente de una carpintería.
De esta manera se puede conseguir una “escala” visual, pero siempre necesitará conocer
al menos una medida. No es lo mismo interpretar que hay ventanas y que más o
menos entran 4 o 5 veces a lo largo de un muro, que saber que la ventana tiene
100 o 120 cm de ancho. Sólo así se puede intuir el largo de un muro. Aunque realmente
esto por sí sólo no significa nada ya que desconocemos si la persona que lo ha
dibujado ha tenido en cuenta las proporciones reales o sólo la forma de la
planta. Por este motivo, cuando se agregan las cotas, el dibujo adquiere un
valor técnico importante y nos permite tener una impresión más adecuada del
proyecto al que hace referencia, como puede apreciarse en la figura 8.2.
Las cotas totales y parciales, además de pequeñas notas con directrices, e incluso una cota de
nivel en el suelo interior, nos permiten interpretar correctamente el croquis.
Es evidente la diferencia existente entre ambas imágenes demostrando la importancia de las cotas en cualquier dibujo técnico.
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